Ajedrez Urbano

El miércoles y jueves, se realizó la actividad "ajedrez urbano" en el paseo 21 de mayo, desde las 10:30 hasta las 13:00 hrs. La idea es comenzar a utilizar los espacios brindados en la zona centro de la ciudad, gracias a las mesas con tablero. El detalle es que aún no las terminan de instalar y llevan, si no mal recuerdo, más de tres semanas. Por lo que he averiguado, aún faltan por traer, pero si esperamos a que eso ocurra... se nos habrá ido todo el verano, jeje. 

El ajedrez urbano, como quise llamarle, tiene su propio estilo. Aquí el público juzga y participa, no es como jugar una partida en un torneo; acá es más apreciada la "belleza" brutal que la técnica; es mejor cuando ganas combinando y sacrificando una pieza que si ganas un final de torres... no te enfrentas a una sola persona, ya que cualquiera puede "meter la cuchara" y te delata si cometes un error grave. Son las reglas de la calle, un ajedrez alegre, vivaz, que pienso es importante rescatar, ya que es muy común en la formación de los jóvenes baluartes del juego ciencia que la simpleza se deje de lado y a veces, al enfrentarse a este tipo de estilo, colapsen. Lo he visto en reiteradas ocasiones.

En 21 de mayo, con los boleros de fondo de una carnicería, era fácil recordar las tardes que pasamos cuando nos reuníamos en el "club del chino", un kiosko junto al cementerio, en Lastarria con Velásquez. Con la esperada entrega del parque Ibáñez también se recuperaría otro lugar para el desarrollo de este noble deporte. 

En este tipo de reuniones, verdaderas muestras artísticas callejeras, aparecen muchas personas que juegan ajedrez, pero como no tienen o no conocen dónde practicarlo, se dejan estar. Así fue como jugué una partida contra un señor que no practicaba hace más de 30 años... también aparecieron niños. Uno de ellos, me dijo que jugaba junto a otras personas en la galeria "Arica Siempre Arica", que está casi frente al Centro Comercial Parque Colón, por la calle del mismo nombre. Así que, ayer, partí para allá y comprobé que hay varios aficionados que se reúnen en ese lugar. Con una breve charla formativa a los niños terminó mi tarde, contento de haber aportado y pensando ya en lo que se puede hacer para rescatar estas verdaderas experiencias de vida ocultas en la ciudad.





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