II Torneo Chinchorro: Ignacio Rivera y Christian Brielmaier al podio
Este domingo recién pasado finalizó el II Torneo Chinchorro, dejando a la patrulla juvenil compuesta por Ignacio Rivera y Christian Brielmaier en el podio, con 5,5 y 4,5 unidades respectivamente.
El torneo, contó con la presencia de fuertes jugadores locales, así como también talentos nacientes en el ambiente competitivo.
Dentro de las partidas destacadas, se me viene a la mente aquella que cimentó el paso hacia el trono, la victoria de Ignacio Rivera contra Juan Meruvia. Desde un comienzo hipermoderno, como muchos ajedrecístas hoy en día prefieren en nuestra ciudad, el flanco de dama de las negras se vio con presión extrema. Sin embargo, el flanco de rey de las blancas se veía con poco desarrollo. El contrajuego de Juan comenzaba a dar frutos, realizando una fuerte irrupción en el centro y justo cuando las negras estaban a punto de ganar calidad, vino el desliz, el error no forzado que significó la claudicación del segundo jugador.
Si bien el torneo se jugaba a 30 minutos, hubo jugadores que prácticamente, volaban con sus piezas. Fue el afortunado caso de Christian Brielmaier, quien encontrándose en posición igualada frente a una de las nacientes promesas juveniles, Sebastián Sandoval, pudo doblegar la batalla en muy pocos minutos, debido justamente al apresuramiento para jugar.
Son lecciones que de alguna u otra forma a muchos nos han pasado la cuenta y quise comentarlas para hacer hincapié en que, si bien, es posible mejorar en ajedrez, como en todas las artes de la vida, si no analizamos nuestras partidas, fácilmente nos quedaremos sin aprovechar ese tremendo regalo de la práctica cotidiana: la experiencia.
Felicidades entonces a los campeones y quedamos a la espera de la fecha del III Torneo Chinchorro, a realizarse en agosto próximo.
LINK a la invitación anterior
El torneo, contó con la presencia de fuertes jugadores locales, así como también talentos nacientes en el ambiente competitivo.
Dentro de las partidas destacadas, se me viene a la mente aquella que cimentó el paso hacia el trono, la victoria de Ignacio Rivera contra Juan Meruvia. Desde un comienzo hipermoderno, como muchos ajedrecístas hoy en día prefieren en nuestra ciudad, el flanco de dama de las negras se vio con presión extrema. Sin embargo, el flanco de rey de las blancas se veía con poco desarrollo. El contrajuego de Juan comenzaba a dar frutos, realizando una fuerte irrupción en el centro y justo cuando las negras estaban a punto de ganar calidad, vino el desliz, el error no forzado que significó la claudicación del segundo jugador.
Si bien el torneo se jugaba a 30 minutos, hubo jugadores que prácticamente, volaban con sus piezas. Fue el afortunado caso de Christian Brielmaier, quien encontrándose en posición igualada frente a una de las nacientes promesas juveniles, Sebastián Sandoval, pudo doblegar la batalla en muy pocos minutos, debido justamente al apresuramiento para jugar.
Son lecciones que de alguna u otra forma a muchos nos han pasado la cuenta y quise comentarlas para hacer hincapié en que, si bien, es posible mejorar en ajedrez, como en todas las artes de la vida, si no analizamos nuestras partidas, fácilmente nos quedaremos sin aprovechar ese tremendo regalo de la práctica cotidiana: la experiencia.
Felicidades entonces a los campeones y quedamos a la espera de la fecha del III Torneo Chinchorro, a realizarse en agosto próximo.
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