Adaptarse o morir
Resumen
Pasaremos revista a casos históricos en donde
claramente uno de los jugadores tuvo que adaptarse a la situación
acaecida, tanto en el tablero, como fuera de él. Concluiremos acerca
de lo importante que este concepto biológico impacta en la
conducción del juego.
Keywords: Adaptación, psicología, psicología deportiva, historia, conocimiento experiencial.
La naturaleza es maestra en la adaptación. Los
seres humanos, como parte de ella, también deben hacer uso de tal
cualidad para resolver situaciones que en principio le permitan
sobrevivir. Para los individuos que ya conocen aquella novedosa forma
de actuar que sus predecesores enseñaron a través de la
experiencia, terminan por asimilarla en su cultura para luego generar
conocimiento.
El ajedrecista también vive este proceso, en
donde se enfrenta a su reflejo en el espejo de la cotidianidad, para
luego romperlo al ir más allá o bien desaparecer al superarlo.
La lucha interna, enconada y agotadora, agrega más complejidad a la
situación externa, sea la posición en un torneo, la jugada
efectuada en la partida, etc.
En el año 1978,
en Baguío, Filipinas,
Anatoli Kárpov se encuentra
defendiendo su título ante el vencedor del ciclo de candidatos,
Víctor Korchnoi. Sería coronado campeón quien consiguiera 6
victorias, sin importar la cantidad de empates. La primera parte fue
nivelada, con varias oportunidades perdidas por el retador,
incluyendo un mate en 4 jugadas. Luego, el
match fue ampliamente dominada por Kárpov, quien llegó a estar 5 –
2 . Solo faltaba un punto... Lo
anterior pasaría a ser el resumen de cualquier encuentro, pero este
no es el caso, es el campeonato mundial de ajedrez.. pero es más que
eso también. Por un lado, Kárpov y con ello la entonces Unión
Soviética, buscaba validar el título que por secretaria (al negarse
a defender la corona frente a las condiciones dadas por la federación
internacional de ajedrez) había obtenido en 1975. Sumemos a esto que
Korchnoi era un disidente político, con su esposa e hijo por lo que
el match también representaba el encuentro entre dos posturas
diametralmente opuestas. Volviendo a los hechos, Kárpov sigue con el
ímpetu de ganar, pero ya
estaba al limite de su capacidad, iban 27 partidas. Su experimentado
oponente, con 20 años más en el cuerpo comienza a superarlo con
justa razón y
sorpresivamente, pierde 3 de las 4 partidas siguientes. El match
estaba 5 a 5. La tensión era
indescriptible, hasta se llegó a decir que Korchnoi estaba amenazado
de muerte en caso de vencer. La partida 32 comenzó con una defensa
Pirc, con una 6ta jugada muy interesante para la época por parte
del retador; en ese preciso
instante, Kárpov cambia la estructura de peones y pasa a una Defensa
Benoni; no deja de ser una posición activa, sin embargo, existen más
posibilidades de atacar al rey negro. Bastó un par de jugadas flojas
para que las blancas tomaran la iniciativa y... Kárpov venció 6-5.
Petrosián fue un
reconocido jugador
posicional. Según Fischer, Petrosián lograba visualizar amenazas
mucho antes que el rival se las imaginara. Por
varios años, de hecho,
no conseguía batirle. En el torneo de candidatos de 1971, en la
antesala para disputar el campeonato mundial, se encontraron estos
dos grandes jugadores. Fischer venía de vencer por 6-0 a dos fuertes
jugadores, Taimánov y Larsen. ¿Sería capaz de vencer al muro de
Petrosián? En la primera
partida, aparece sobre el tablero una mejora con respecto a una
variante jugada en el anterior match Fischer – Taimanov. El
norteamericano logra salir victorioso, sin embargo, en la segunda
partida, debe rendir armas. Tres empates siguieron, no sin gran
lucha. Petrosian vuelve a probar suerte con la defensa siciliana y
nuevamente Fischer se pone a la cabeza del marcador, para seguir con
tres puntos más, sencillamente aplastando a su rival por 6,5 –
2,5.
En 1984 comenzó
uno de los encuentros más polémicos en la historia del ajedrez.
Kárpov defendía su título frente a un joven y agresivo rival,
Garry Kasparov. El campeón haciendo gala de un sólido estilo,
repite lo acontecido en Baguío 6 años antes, aventajando
rápidamente (partidas 3, 6, 7 y 9) por 4 – 0 al retador. Garry
tuvo que replantear su enfoque directo, dejar de ser él por un
momento, para llegar a convertirse en un intérprete más objetivo de
las posiciones resultantes en el tablero. Es así como tuvieron que
pasar 18 partidas para que Kárpov volviera a vencer; Garry había
demostrado una gran habilidad para flexibilizar su estilo, su mirada
frente al tablero, hasta el punto de jugar los mismos esquemas que su
oponente, después de tan solo una partida. Con
todas estas mejoras, 5 – 0 es un resultado devastador para
cualquier deportista, a un solo punto de perder la posibilidad,
aunque sean matemática, de luchar por el título mundial. En ese
momento, se produce un quiebre, un punto de inflexión en el match y
Kárpov, pierde 3 partidas, dos de ellas seguidas. Kasparov estaba en
alza y la historia demostraría que no se detendría por muchos años.
Estos tres
ejemplos, medianamente recientes, sirven para demostrar cómo la toma
de decisiones en el ajedrez no solo se aplica a las jugadas mismas,
sino también al modo de conducir la partida, al estilo. Es así como
frente a una situación dada,
es usual contar por lo menos, con dos caminos, uno activo, con una
gran dosis de riesgo e incertidumbre
para ambos bandos y otro más
tranquilo, sin grandes sorpresas. El ajedrez como extensión del
carácter del jugador, fácilmente logra encausar tales decisiones,
ideas, pensamientos hacia la predilección del ejecutante. ¿Es lo
correcto? Así como en la vida, difícilmente podemos hablar de una
acción correcta o no, sin existir un juicio, un acuerdo que nos
guíe. Tales premisas, conceptos posicionales, acuñados, declarados
por el primer campeón del mundo desde que existe la Federación de
Ajedrez, como lo hiciera Newton en las ciencias, guiaron las pisadas
de una gran generación a
principios del siglo pasado. El hombre se alejaba cada vez más de
las divinidades; la razón, lo comprobable reinaba
en aquel presente de 64 casillas.
En el horizonte,
los colores destellantes del hipermodernismo, comenzaron a teñir de
alegres y caóticos trazos al deporte ciencia. Grandes figuras como
Richard Reti, Gyula
Breyer, Aaron Nimzovich y Alexander Alekhine , recogieron las
díscolas ideas de Chigorin y otros, que durante años estuvieron
esperando tras bastidores aparecer o mejor dicho, reaparecer. Un
nuevo latido había comenzado revolucionario había comenzado.
Cuando comencé
este recorrido, leyendo a los maestros del pasado, indagando en sus
experencias, llegué a la conclusión que aquel estilo ni posicional,
ni defensivo, ni agresivo, ni simplificador, ni del desarrollo, ni
psicológico, sino más bien, universal,
lograba potenciar al jugador frente a la posición dada en el
tablero, no exigir de la posición de acuerdo a las preferencias del
jugador, era la mejor vía para enfilar mis pasos. Un camino sin
camino, la flexibilidad máxima.
¿Seremos
capaces de escuchar su llamada? ¿Seremos capaces de adaptarnos y
negarnos a nosotros mismos?
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